Neckmarine X-Plorer – Es hora de aventurarse

Elegancia, calidad y originalidad

La verdad es que habíamos perdido la costumbre de tener algo en nuestra muñeca. Ya no había necesidad de hacerlo, ya que la función principal del reloj era esa: dar la hora. Función recuperada por nuestro teléfono móvil.

Entonces llegaron los smartwatches, cuyas funciones se sincronizaban con el móvil en cuestión. De repente, nuestra muñeca volvió a acoger esa funcionalidad, así como otras como la de medir variables biológicas.

Pero la vuelta a esa necesidad y esa costumbre fue justamente gracias a esos relojes inteligentes. Empezamos a tener ganas otra vez de usar nuestra muñeca para enseñar elegancia, estilo de vida, a veces éxito o patrimonio. Rolex aprovechó la tendencia para volver con fuerza.

¿Y si el reloj fuera más que eso?

Alguien dijo una vez: “Si no puedes comprarte un Rolex, es que todavía no has tenido éxito”.

Pero creo que el éxito pasa por otras variables: independizarse, tener elegancia, saber reconocer la calidad, el valor.

El hombre de ahora quiere ser un aventurero, un explorador de sí mismo. Un explorador profesional. Alguien que quiere explorar los negocios y llegar a niveles profesionales, donde desaparece el bling bling y aparece otra cosa.

Al final, quiere que cuando habla, le miren a la muñeca. Porque han visto el reloj. Y al ver ese reloj, no se preguntan qué modelo es, como lo hacen para las marcas conocidas, sino al revés: ¿De qué marca es tu reloj? Neckmarine. La gama X-Plorer.

Y a veces ya no hay más que comentar. ¿Qué van a decir? ¿Qué bonito es? ¿Qué chulo es? No. Sería más bien, “qué elegante es” o más bien “qué único es”.